domingo, 28 de abril de 2013

ROBIN HOOD MODERNO

Grecia reclama a Alemania más de 108.000 millones de euros en concepto de los daños ocasionados en el país heleno durante la II Guerra Mundial y su ocupación. A la finalización del conflicto los aliados le obligaron a no solicitar ningún tipo de reparación económica, ni tampoco exigir la devolución de los préstamos que el gobierno colaboracionista de Atenas había realizado a los gobiernos del eje durante su ocupación. Ahora es el ministro de justicia del país quien estudiará esta demanda presentada por diputados de diversas índoles, que se han unido en esta iniciativa, así están el partido de socialista PASOK, el ultraderechista AMANECER DORADO, el conservador NUEVA DEMOCRACIA y el izquierdista SYRIZA. Pensemos durante un momento si la demanda prospera y se solicita esa cantidad, ¿cundirá el ejemplo entre los demás países ocupados que tampoco solicitaron indemnizaciones tras la guerra? ¿Podría España sumarse a esa demanda por los daños del ejército nazi durante la Guerra Civil (bombardeo de Guernica, de Madrid,…)?, viendo a nuestro eficaz ministro de justicia y a este gobierno que gobierna con mayoría absoluta de espaldas a la ciudadanía lo dudo y mucho. Sin embargo veo que existe una iniciativa, por pequeña y minoritaria que sea, de momento, del cada vez más espoleado sur de Europa, también aquí veo iniciativas como la del, a mi manera de pensar cada vez más lúcido, Julio Anguita creando su Frente Cívico Somos Mayoría y haciendo un llamamiento a la desobediencia civil pacífica y al no pago de la deuda, sobre todo la ilegítima, ya que detrás de la presiones alemanas a la austeridad y a los recortes en el sur está la ansia de los bancos alemanes por cobras su deuda, deuda que ellos potenciaron en su momento. Por lo tanto si el sur no pagamos la deuda quienes no cobrarían serían los bancos alemanes. Y es que no es justo que nosotros perdamos todo nuestro sistema social (pensiones, sanidad, educación, prestaciones por desempleo,…) que tanto nos costó tener, sólo para que los banqueros se enriquezcan cada vez más y sigan especulando libremente en los mercados con nuestro dinero y nuestro futuro. De esta realidad se está haciendo consciente cada vez más gente en este país, casi todos menos el gobierno que parece que vive en una nube totalmente alejada de la realidad, así los miles de jóvenes que abandonan el país acuciados por el paro y las deudas, según nuestra brillante ministra de trabajo es fruto de una “movilidad laboral”, lo que para nuestro ministro de economía son signos de que salimos de la crisis (datos macroeconómicos cono la inflación), le son corregidos desde Bruselas porque estaban maquillados descaradamente, y un antiguo dirigente del PP y exministro como Cascos llama por este motivo a Montoro “mentiroso compulsivo”. Mientras todo esto ocurre la sanidad se privatiza, curiosamente a empresas que están participadas por dirigentes del PP, se recorta salvajemente de prestaciones como el desempleo o las ayudas a la dependencia mientras se sigue subvencionando con millones de euros a la iglesia en un estado aconfesional. También existen múltiples asociaciones como la PHA, que hacen visible un gran drama como los desahucios por una ley hipotecaria que Bruselas ya ha calificado como abusiva, mientras el gobierno los llama nazis (por cierto la asociación de supervivientes de los campos de exterminios la han mandado una carta a Cospedal instándola a que pida perdón o a que dimita, fijo que no hará ninguna de las dos o lo hará en diferido con retenciones pactadas). En fin, cuando el PP ganó las elecciones dije que ojalá me equivocase pero que creía que este gobierno no solo no nos sacaría de la crisis sino que sería recordado como el peor presidente de la democracia y me equivoqué, es el peor presidente de la historia del país, ni en la época de Alfonso XII y la alternancia se gobernó tan sumamente mal y tan de espaldas a la realidad. Pero como decía veo atisbos de esperanza en este sur de Europa en la toma de conciencia de a quienes estamos pagando, porqué y sobre todo a costa de qué lo estamos haciendo, ya que de lo contrario, como se citaba en la magistral “El Capital” de Costa Gavras: “Somos los Robin Hood modernos y seguiremos robando a los pobres para dárselo a los ricos”.

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