miércoles, 15 de mayo de 2013

JOYAS EUROVISIVAS

Todos los años, en este nuestro festival favorito de la canción europea, hay una canción que nos resulta una pequeña joya, por su delicadeza, por su absoluta falta de ambición, su franqueza,… por múltiples causas. Lógicamente cada cual evaluará según gustos y conciencia cuál es esa joya. Para mi este año, una de ellas, se trata sin duda de la canción de Chipre: “An me Thimase” interpretada de manera magistral por Despina Olympiu, se trata de una balada a medio tiempo sencillamente preciosa, que nos trae inmediatamente reminiscencias mediterráneas, ya hay una versión de la misma en inglés pero yo, como eurovisivo acérrimo me encanta en su idioma original y donde realmente la canción tiene fuerza y sentido. Y es que Chipre es un país que a los seguidores del festival nos tiene acostumbrados a estas joyas, ya desde su debut en un no muy lejano 1981, lo hicieron con “Mónika”, interpretada por un quinteto muy bien encajado en sus voces, sorprendieron y se alzaron con un sexto puesto, para volver al año siguiente con, para mi opinión, la mejor canción en griego de la historia del festival “Mono i agapy” interpretada por la entonces elegante, sofisticada y morena Anna Vissi, vestida por una magnifica y elegante túnica bicolor, antes de todas las cirugías y tinte rubio para volver nuevamente al festival en Atenas en el 2006 esta vez en inglés, vestida con algo que recordaba vagamente a un traje típico heleno, rodilla al suelo y desgañite final incluido con viento, mucho viento sobre la artista, en fin, cualquier tiempo pasado fue mejor, al menos en este caso. Los siguientes años intentaron emular el éxito de sus dos primeras participaciones también con baladas, pero no lo consiguieron. Viendo que la ruta baladas no terminaba de cuajar intentaron hacer un cambio de rumbo a mediados de los ochenta pero el resultado fue el horror, así pudimos ver a Elpida (magnífica representante de Grecia en el 79 con “Sócrates”) con “Tara zo”, vestida por su peor enemigo con una coreografía imposible, y tras esto volvieron a las baladas, pero no terminaban de acertar. Pero llegaron los noventa, más concretamente el 91 en Roma, para mi uno de los mejores esc de la historia, y allí esta Elena Patroklu y su “S.O.S.”, canción-himno (que tan buen resultado le ha dado a algunos países como Israel) y volvieron a convencer. Y al año siguiente también lo consiguieron con la eterna eurovisina Evridiky y su “Teriazume”, balada cargada de cierta dosis de erotismo y vestida ella como una moderna Gilda en rojo. Y volvió ella en el 94 más intensa, más dramática, más griega que nunca con “Ime anthopos ke ego”, una canción dura donde la chipriota lo puso todo en el asador para darnos una joya. Y el 95 nos trajo a Alex Panayi con una vitalista “Sti fotia”, y al siguiente año la balada regreso con Constantino y la preciosa “Mono ga más” y esta vez brillaron en las votaciones, el 97 nos trajo una canción con reminiscencias étnicas “Mana mu” consiguiendo un quinto puesto, justo por encima de España y en la última votación. Los noventa terminaron con dos joyas también, la polémica con su letra “Yenesis”, y una de las mayores injusticias del festival la ninguneada en las votaciones, siendo una de las favoritas en Jerusalen “Tha´ne erotas”. El nuevo siglo comenzaba con el regreso de Panayi y “Nomiza” una joya injustamente tratada. El 2004 nos trajo una JOYA, en mayúsculas, esta vez con una pequeña concesión: Lisa Andreas cantó en inglés su magnífica “Stronger ever minute”, y en el 2006 repitieron con el idioma de Shakespeare Annet Artanni y su “Why angels cry”. En fin que este pequeño país nos ha regalado auténticos momentazos en el festival, joyas, consideradas como tal por su letra, su melodía, por la fuerza y garra del intérprete o por todas ellas a la vez, y este año vuelven otra vez con una enorme canción, una pequeña joya, lamentablemente no ha pasado a la final y nos ha privado de un momento de su presencia en la final. En la semifinal Despina estuve sencillamente maravillosa dándonos uno de los momentos que quedarán grabados para siempre en la memoria de todo euro fan que se precie.

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