martes, 18 de junio de 2013

EXCEPCIÓN CULTURAL

De manera muy sorprendente, Francia me estaba decepcionando soberanamente, basta con ver las brutales manifestaciones en contra del matrimonio gay de los últimos meses, en un país que hacía gala de principios como la igualdad y la fraternidad ensalzándolos como base de su sociedad, no era comprensible tanta intolerancia, llevada además hasta el extremo de agresiones físicas por el mero hecho de ser diferente (en este caso gay), e intento de boicotear a toda costa el primer matrimonio homosexual, cuando en nuestra querida piel de toro este hecho ocurrió como algo festivo, claro que nosotros los íberos somos mucho más básicos y estamos a años luz del resto del continente. Pero, gracias a Dios, apareció mí amada Francia; esa Francia ilustrada, adelantada al resto y quizás un poco (o demasiado) chauvinista haciendo valer su veto en la UE para mantener la excepción cultural. Y es que la CULTURA, en mayúsculas, no puede ser tratada como cualquier otro producto de comercialización más. Hay que hacer todo lo posible por preservar el patrimonio cultural, por mantener vivo el legado de cada país, que es lo que los convierte en únicos y a la vez los que los hace nación. No es de extrañar que Francia se haya quedado sola ante sus socios comunitarios, en nuestro país, sin ir más lejos, hay un desprecio absoluto hacia la cultura, he ahí la brutal subida del IVA, donde ha pasado en algunos sectores del 8% al 21%, convirtiéndola casi en un artículo de lujo. Memorias de un pasado donde deleitarse con el teatro, ballet, museos o incluso el cine era objeto sólo de una bien acaudalada minoría. Tampoco es de extrañar que nuestro vecino sea el abanderado de esta causa, más allá de los Pirineos todo lo nacional tiene un valor añadido que lo prima de exquisitez, y el cine, por poner un ejemplo, es buena muestra de ello. No hay semana en la cual una película gala no sea número uno en taquilla, y no necesariamente superproducciones (que también las hay), sino en su mayoría películas donde la parte sentimental cobra protagonismo absoluto. De éstas llegan a nuestras pantallas algunos maravillosos ejemplos, como “Intocable”, “La cocinera del presidente” o la sublime “Las chicas de la 6º planta”, con una maravillosa (y ganadora del Cesar) Carmen Maura. Tampoco extraña los datos que arroja su industria cinematográfica donde la cuota de pantalla del cine americano en el período 2005 – 2011 es de entre el 45% y el 55%, en comparación con el entre 60% y 90% del resto de países europeos. En España el año que rozamos el 20% de cuota de pantalla es un año históricamente excepcional, y en su mayor parte debido a que alguno de los grandes, Amenabar, Almodóvar, Segura, de la Iglesia,… estrena alguna genialidad. Deberíamos, en este caso, aprender de nuestros vecinos y apoyar esta iniciativa que ayudará sin duda a mantener nuestra singularidad a través del bello arte del cine.

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