martes, 9 de julio de 2013

EL BOTELLAZO

Que nuestra querida (¿) alcaldesa de Madrid es homófoga creo que no es una declaración que pille a nadie por sorpresa, cabe recordar aquellas impresionantes declaraciones que hizo en un programa de televisión, donde trato, con muy poca fortuna, de aclarar por qué estaba en contra del matrimonio gay y se volvió literalmente loca haciendo macedonia con peras y manzanas, por lo que a partir de ahora nos dirigiremos a ella como Lady Macedonia, nombre que se ha ganado a pulso. Pues bien, una vez aclarado esto y puesto a cada uno en su merecido sitio, entremos en carnaza. Todo el mundo sabe lo que significa el Orgullo de Madrid, Mado a partir de ahora, no sólo para la ciudad sino también para la imagen de todo el país. Imagen de tolerancia, aceptación y normalidad de un colectivo muy maltratado anteriormente en este país, y aun hoy en muchos países de nuestro continente (por no irnos mucho más lejos). A parte de esa imagen positiva, imagen España tan cacareada por nuestro gobierno, no hay que olvidar el aporte económica que se hace a la ciudad, en una época de crisis tan fuerte es algo a tener muy en cuenta, que según cálculos oficiales en una semana que dura el Mado viene a ser de 400 millones de e., con más del 90% de la capacidad hotelera cubierta. No hay que olvidad que, según el sector turístico, el turismo gay es un turismo de gran calidad, ya que suele tener, por lo general, una capacidad económica alta, teniendo de gasto medio diario una media superior a la general. También en un colectivo interesado en acciones culturales, por lo que también una parte importante de sus gastos van destinados a museos, galerías y compras, lo que significa un aporte económico extra a parte del destinado a ocio y hostelería. Cualquier alcalde de ciudad europea que tiene la celebración de un orgullo tan importante como Madrid, donde se calcula que llegan a venir cerca de dos millones de turistas en una semana sólo para el evento, estaría frotándose las manos pensando en la ingente cantidad de dinero que entraría en la ciudad y lógicamente apoyaría totalmente a la organización para facilitar la celebración de actos con licencias municipales, o reforzando los transportes públicos, lo que supone aún más dinero. Pero he aquí nuestra querida Lady Macedonia, que lleva meses poniendo todo tipo de trabas a la organización de cualquier evento, se supone que por las quejas familiares del barrio de Chueca, barrio que es una zona de bares y pubs muy frecuentada, no sólo los fin de semana sino también entre semana y donde lleva celebrándose el Mado más de 15 años. Además no habría que olvidar que este barrio era uno de los más degradados hasta que la comunidad gay se instaló ahí y hoy en día es uno de los más solicitados para vivir, no solo por gays. A parte de todas las trabas para la celebración de eventos, que van desde la cancelación de varios escenarios para actuaciones, la prohibición del uso de micrófono para la lectura del tradicional pregón o la solicitud a la organización del pago de una fianza de 150.000 e, que cuando se filtró a la opinión pública fue desmentido y achacado a un error informático (¿). Pero la mayor salvajada (no se me ocurre otro calificativo) ha sido cambiar el trayecto de la manifestación, los otros años se desarrollaba desde la Puerta de Alcalá hasta Plaza España, donde terminaba con conciertos y diversas actuaciones. Cabe destacar que a pesar del gran número de personas que acuden( los últimos años más de un millón), todo el desfile y el final han transcurrido sin incidentes de ningún tipo. Sin embargo nuestra alcaldesa pensó que era mejor cambiar el trayecto por otro mucho más pequeño y alejado totalmente de la zona de fiesta natural que es el barrio de Chueca, y se lo llevo desde Plaza Atocha hasta Puerta de Alcalá, trayecto infinitamente más corto, más estrecho los carriles por donde pasaban las carrozas, la imposibilidad de verlo correctamente debido a la gran afluencia de árboles en todo el Paseo del prado y la gran aglomeración de personas que acudieron este año, más de millón y medio. Además Lady Macedonia manejando los daros de afluencia de todos los años anteriores no se le ocurre otra cosa que en lugar de reforzar el trasporte público, sobre todo el metro que en Madrid es vital, la recorta dándole al sábado de la manifestación el mismo carácter que un domingo cualquiera, con lo cual el caos se apodero del centro de la ciudad. Con todo el paseo del Prado, parte de la calle y puerta de Alcalá cortado al tráfico hubo que añadir que como las bocas del metro estaban saturadas por la mucha afluencia de personas y la poco llegada de convoyes la inmensa mayoría de la gente opto por volver caminando a Chueca, con lo que, literalmente, un millón de personas invadió y colapsó la Gran Vía, convirtiendo el tráfico en un auténtico infierno en la capital, cuando todos lo demás años con la sólo la Gran Vía y Plaza España cortadas no hubo ningún problema. En fin, una vez más queda demostrada, a parte de su homofobia, su incapacidad total para el cargo que ocupa (cargo donde fue puesta a dedo), y donde no ha dejado de meter la pata en una gestión horrorosa, si queréis, queridos lectores, haceros una idea de su necedad sólo teneís que buscar en YouTube sesiones del ayuntamiento de Madrid, donde una vez superada la vergüenza ajera y la indignación absoluta por su desconocimiento de absolutamente todo, quizás has haga sonreír. Sólo me queda pedir a Lady Macedonia que se valla a su casa ya, una gran ciudad tan abierta y tolerante como Madrid no merece a alguien tan incompetente como ella.

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