miércoles, 11 de septiembre de 2013

EN EL CANDELABRO

Me sorprendí al enterarme que la última película de Soderbergh , "Behind the Candelabra", se estrenaría directamente en televisión, sin paso previo por las salas de cine, a pesar de contar con todos los alicientes para ser un taquillazo: 1.-tratarse de un biopic, es decir una historia basada en la vida real de un personaje relevante, 2.- contar en su electo actoral con pesos pesados como Michael Douglas , Matt Damon y un Rob Lowe en un personaje secundario, sin mencionar al prestigioso director, 3.- se trata de una historia de amor, pero salpicada de infidelidades, dragas, adicciones varias,… 4.-relatan la vida en una época y un lugar míticos, como son los setenta y Las Vegas A pesar de todos estos alicientes se estrenó directamente en televisión, siendo eso si el mejor estreno del año, con más de veinte millones de espectadores, éxito que se repitió en su estreno en España en Canal+; además de acaparar nada más que quince nominaciones para los premios Emys (los oscar de la televisión norteamericana), que sin duda en la gala se llevarán un buen número de ellos. He leído que el motivo de su no estreno cinematográfico se puede deber a que la película es demasiado gay, y ciertamente, tanto en su fondo como, sobre todo, en su forma es muy gay. Quizá los espectadores norteamericanos estén acostumbrados a que las películas que abordan esta temática sean o bien películas independientes (es decir, sin ningún actor conocido, con escasos recursos y estrenadas en muy pocas salas) o bien grandes producciones que abordan el tema desde un punto de vista moderado, como la espléndida “Brokeback mountain”, desde luego la que nos trata no cumple ninguno de estos requisitos. El film está espléndidamente ambientado, con gran lujo para contar una vida donde el lujo lo fue todo y servir de fiel reflejo de una época, así se tratan varios temas sin tapujos, como el gran consumo de drogas, en un momento donde no se sabía los efectos que podría tener, las cirugías estéticas, en una época donde aún eran algo casi experimental, con resultados dudosos ( es memorable cuando tras un lifting y mientras duerme ,su amante descubre como Liberace no puede cerrar del todo los ojos), la aparición del SIDA y la lacra que supuso no sólo padecer sino morir de esta enfermedad. En el fondo quizás lo que ocurre es que la mayoría los norteamericanos no estén preparados para ver a dos grandes ídolos, famosos sobre todo por filmes de acción donde interpretaban a super-machos hipermasculinos ahora metidos a interpretar a dos gays con mucha pluma en una historia con varias escenas amorosas y sexuales. La verdad es que los dos protagonistas están soberbios, no sólo por trabajo actoral, digno de varios premios, sino también por sus caracterizaciones, sobre todo la de Damon que a lo largo del film pasa por varios estados de forma física y se aprecian las distintas operaciones de estética a las que su personaje se somete para parecerse al propio Liberace. Película, por todo ello, totalmente recomendable, fiel reflejo de una época y de un personaje totalmente excesivo, y el cual como diría mi querida Sofía Mazagatos, “Sigue estando en el candelabro”.

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