lunes, 13 de enero de 2014

UN POCO MÁS DESNUDOS

Asisto estupefacto a otro disparate de este gobierno, si ya de por sí la nueva Ley Educativa es un disparate, por desfasada , por partidista, por desunión total en las filas del PP para su implantación, varias Comunidades gobernadas por los populares ya se han manifestado abiertamente en su contra, incluso algunas de ellas han anunciado que se niegan incluso a implantarla. Hay ideas, por desgracia muchas y en muchas áreas, que ya creía superadas en este país, como la Ley del Aborto, pero para sorpresa y asombro, una vez más este gobierno “gobierna” de espaldas a la sociedad, incluso a la mayoría de sus votantes y aprueban reformas innecesarias e impopulares. La LOMCE entra dentro de esta categoría, con reválidas con cada fin de ciclo, y cambio de algunas asignaturas, vuelve Religión a contar para nota, cosa sorprendente en un país laico que el adoctrinamiento religioso de una religión en concreto corre a cargo del Estado, y en detraimiento de la Filosofía, materia primordial, según mi opinión, troncal del resto de las ciencias y humanidades, ya que de la filosofía nació todo, de la curiosidad del ser humano, de la razón, del cuestionamiento de todo, de las preguntas de los filósofos griegos fueron surgiendo las matemáticas, física, química, teología,… todo lo que hoy en día estudiamos en los diferentes ciclos formativos. Y como tal lo entiendes en otros sistemas educativos, muchos más avanzados que el nuestro, como el francés, que la incluyen desde primaria. Para ellos, y para mí también, es inconcebible que alguien que curse un bachillerato de humanidades pueda llegar a la Universidad sin haber asistido a ninguna clase de filosofía. Las críticas se han disparado, una de las más escuchadas es la supuesta falta de sentido crítico que causará en el alumnado, cosa absolutamente cierta, ya que precisamente la Filosofía es la materia que da las armas para poder tener un criterio propio, sin ella estaríamos un poco más desvalidos, ya que perderíamos la posibilidad de cuestionarnos la idoneidad de determinadas propuestas que se nos venden como necesarias y obligatorias. Me niego a creer, y conste que me cuesta mucho hacerlo, que eso es precisamente lo que este gobierno quiere, crear a todo una sociedad de corderitos que no se cuestionen nada, que voten una vez cada cuatro años y que después desaparezcan y les dejen vía libre para adoptar las medidas que consideren, sin cuestionamientos, sin protestas sin rechistes. La balanza que todos poseemos dentro de nosotros y que valora que es positivo a negativo, que es asumible o no, está cada vez más vacía si nos quitan toda la posibilidad de evaluación aséptica, es decir sin que tengamos injerencias, sólo nuestra opinión, la que nos hemos formado a lo largo de nuestra vida con las armas que asignaturas vitales como la filosofía nos ha idos proporcionando, sin esas armas estaremos desnudos ante cualquier intento de ataque ideológico.

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