lunes, 28 de abril de 2014

LA NAVE DE LOS LOCOS

Este famoso cuadro del Bosco describe la locura de la humanidad pecadora que conduce a la muerte, criticando a los hombres que viven al revés perdiendo sus referentes, mostrando a humanos pródigos que malgastan sus vidas en los distintos placeres en lugar de emplearla de manera "útil", y es que cada tarde (o noche) que tengo la desgracia de ver algo de Sálvame no puedo evitar hacer un paralelismo entre este programa y la obra maestra del renacimiento holandés. Los protagonistas en el cuadro serían el fraile y la monja, cuyo único interés sería hincarle el diente al pollo que cuelga de un hilo sobre ellos, coinciden con los colaboradores Kiko Hernández y Mila Ximénez, protagonistas absolutos del programa para escarnio del resto de sus compis, ocupados en hincarle sus afilados dientes hasta el tuétano a todos los personajes que se cuelen en la parrilla del espacio, el resto de los personajes del lienzo se esfuerzan por conseguir vino y alimentos, exactamente igual que el resto de los tertulianos que luchan de manera desgarradora por las migajas de los minutos que los dos protagonistas dejan, sin importarles cómo lo tienen que hacer. La escena pictórica se condensa en su aspecto más grotesco en el bufón, sentado sobre una rama podrida, este papel lo desempeñaría Lidia Lozano, objeto de las mofas y burlas del autodenominado "eje del mal" convertidos en una especia de inquisición rosa. La Lozano aguantaría toda esa situación, sentada en su propia podredumbre, por su necesidad absoluta de protagonismo, y debido a su enorme descrédito personal porque pocos lugares le quedan donde poder ejercer su trabajo. El mástil de la barca se convierte en un árbol y desde su follaje se puede apreciar el rostro del diablo contemplando toda la escena desde un autoimpuesto segundo plano no protagónico, recuerda mucho al presentador Jorge Javier Vázquez, ¿verdad?, siempre observante y muchas veces (cada vez más) juez, pero nunca protagonista. Todos sus colaboradores viven sus particulares catarsis, eso si por turnos y al menos que duren tres semanas, pero a él nunca le toca el turno, ni siquiera le roza; en algún momento se ha sometido a algún edulcoradísimo polígrafo para poder decir que el también ha pasado por lo mismo, pero todos saben y nadie dice, que no tiene nada que ver. El invitado que vomita, al que El Bosco hace referencia como símbolo de "la horrible náusea que sienten los condenados al infierno", me recuerda a Matamoros que cada vez que habla sólo vomita insultos y descalificaciones hacia cualquier ser vivo que se planten ante él (incluidos sus propios compañeros que, reconocido por él mismo, no son sus amigos), viviendo en una constante arcada que le produce la humanidad o el saber que se encuentra condenado al infierno televisivo únicamente para ganar dinero y mantener su elevado estilo de vida al que está tan apegado. Todo esta inventado ya, sólo hace falta mirar hacia atrás para ver que el horror presente ya fue descrito hace siglos.

viernes, 18 de abril de 2014

ESE ARTE LLAMADO LUPITA NYONG´O

Una nueva diva ha nacido y ha surgido como lo hacían antaño las estrellas del celuloide, por la puerta grande con un exitazo taquillero, con todos los premios habidos y por haber, destilando estilo y personalidad, además tiene toda la pinta que (al menos esta vez y en este mundo tan acostumbrado a lo efímero) que va a permanecer durante largo tiempo alumbrando en el Olimpo hollywoodiense. Como decía su historia recuerda a las grandes de la época dorada con una interesante historia tras ella, de familia keniata nació en México D.F. de ahí su nombre Lupita (que a mi personalmente siempre me retrotrae a la bellísima Miss Universo azteca Lupita Jones o a la mala de Cristal Lupita Ferrer), a cursado estudios universitarios y habla varios idiomas, vamos completita donde las haya, y encima guapa que es la chica, un poco de asco da, ¿verdad? Siguiendo con las divas de la época dorada y por su lugar de nacimiento nos podrían venir a la mente grandes mexicanas que lograron triunfar en Hollywood en un momento en el que lo tenían prácticamente vedado, como la glamurosa Dolores del Rio o la racial Katy Jurado (la primera mexicana nominada al Oscar), y por su color de piel nos remitimos a la temperamental Dorothy Dandridge o a la bellísima Halle Berry. Además no hay que olvidar que toda su fama se la debe a su primer papel en el cine "Doce años de esclavitud", desde la cual ha sido catapultada directamente al Oscar, como otra diva eterna, que también lo ganó con su primera actuación: Audrey Hepburn con la delicadísima "Vacaciones en Roma", hace más de cincuenta años. Además de su innegable talento ha demostrado sobradamente un estilo impresionante, sólo hay que recordar alguno de los fantásticos modelos que ha ido luciendo en las distintas entregas de premios donde ha acudido (todas las habidas y por haber), como el fabuloso vestido de Prada que llevó a los Oscar, y que ella misma bautizó como "Azul Nairobi" haciendo un acertado guiño a sus orígenes, y que la Casa creó especialmente para ella. A pesar de su vertiginoso escote le quedaba como un guante, guante que ella sabía mover con una gran maestría y belleza, sacándose el mayor de los partidos, porque de sobra es conocido que no basta con llevar un vestido increíble, sino que es esencial la actitud a la hora de llevarlo, y en esto hemos descubierto a toda una maestra. Otros momentos que pasarán a nuestra imaginería particular serán el que protagonizó en los Globo de Oro con un modelazo rojo con escote barco con capa de Ralph Lauren, y por supuesto mi gran favorito, el color verde menta con complementos (pulseras y cinturón) dorados de Dior en los Bafta. Con estos antecedentes no es de extrañar que ya la empiecen a reclamar las marcas para que sea su imagen, como es el caso de la última campaña de Miu-Miu. Hay que decir, y darle su dosis de merito, que su estilista es Micaela Enlanger, una joven prometedora (que después de esto le quedan dos telediarios para consagrarse como una de las mejores estilistas de Hollywood), a la que Lupita acudió en busca de ayuda para definir su imagen, y a la vista está que a cumplido con creces con su cometido.