lunes, 30 de junio de 2014

CARTA A LETY

La que has montado Lety nena, que si estabas demasiado contenta, que si te has saltado todo el protocolo al ir de corto, que si valla color soso que has escogido para un día tan importante, que mira que no llevar ninguna joya importante, que a dónde vas con un bolso de mano, que no tienes nada que hacer en comparación a doña Sofía, que si las niñas estaban demasiado quietas,... En fin, en tu caso nunca llueve a gusto de todos, siempre despiertas críticas a tu alrededor, pero tú sabes, como ya dijo ese ser televisivo por excelencia que "este es mi momento", y es que era tu momento y así lo vivías, ahora serás tu quien decida qué, cómo y cuándo se harán las cosas. Todo el mundo sabe, o al menos se imagina, que no te ha sido nada fácil encajar en tu puesto, eres demasiado perfeccionista, lo quieres hacer siempre todo tan perfecto que se te ha restado espontaneidad día a día, siempre con la espada de Damocles de las criticas de los cortesanos sobre tu cabeza, en eterna comparación con tu suegra, tan perfecta y "profesional" siempre. Las relaciones con tu familia política tampoco ha sido fácil, Juan Carlos tiene que ser bastante complicado de llevar, sólo hay que mirar la fría reacción que tuvo ante las muestras de cariño de Sofía y la tuya propia cuando os acercasteis a besarle en el balcón de Palacio, parecía un niño contrariado que no quiere ser besado por familiares pesados y carece aun de vergüenza como para reprimir su descontento. Tus cuñadas tampoco son unos angelitos, Elena es una fotocopia de su padre y nunca os llevasteis bien, con Cristina sin embargo al principio si tenías cierta conexión, pero los escándalos que la unen a su marido os terminó por alejar totalmente. Tu estuviste donde tenías que estar, ósea al lado de tu marido. Yo me confieso totalmente fan tuyo, en mi opinión eres lo que la monarquía española necesita: un soplo de aire fresco y moderno, un soplo que da algo de vitalidad al, en demasía ,tranquilo Felipe. Digan lo que digan ibas ideal, sobria pero elegante, no querías quitarle protagonismo al recién proclamado rey. Dicen que siempre vistes del mismo diseñador, Felipe Varela, y ¿qué?, has encontrado alguien que te conoce bien, que te viste maravillosamente elegante, es español y encima discreto con vuestra relación, vamos un chollazo sin precio hoy en día que todo el mundo mata por sus cinco minutos de gloria. Y como decía antes ahora es tu momento, ahora brillarás tú, no estarás a la sombra de nadie y serás la mejor versión de ti misma. Suerte.

domingo, 15 de junio de 2014

PATRICIA, NO ESTÁS SOLA

Quiero aprovechar este espacio, y como gran fan de Eurovisión que soy, para rendir un homenaje a una de las representaciones de España que más injustamente ha sido tratada, tanto por el festival como en nuestro propio país. Estoy hablando de Patricia Kraus, que llevo a Bruselas´87 "No estás solo", un gran canción que ha aguantado muy bien el paso del tiempo, y que si la escuchas hoy en día aun tiene reminiscencias modernas, quizás eso fue lo que le falló aquel año, su en demasía modernidad para un festival aun muy anclado en las baladas francesas y los ritmos anglosajones. No hay que olvidar que estábamos en el 87 , que el año anterior había ganado un niña de trece años cantando "J'aime la vie", y que la mayoría de las canciones que se enviaban eran baladas. Si repasamos cuidadosamente ese año nos daremos cuenta que Patricia tubo grandes competidores, uno de los grandes favoritos e injustamente relegado al tercer lugar y en mi opinión el justo ganador de ese año, fue Italia con "Gente di mare" interpretado por Umberto Tozzi & Raf; otras grandes canciones de ese año fueron Países Bajos, la siempre favorita (en aquellos años) Reino Unido, Alemania con los eternos Win , la muy interesante canción finlandesa y el siempre ganador Johnny Logan. Pero centrémonos en la señorita Kraus, la primera vez que pude ver este festival, que fue a mediados de los noventa, me impacto su look: el corsé de tiras de cuero con hebillas y las mallas negras me parece uno de los vestuarios mas logrados de la historia del festival, es absolutamente atemporal e increíble, lo que no ocurre con su maquillaje, peinado y joyas que son muy de los ochenta, pero en ese momento debieron resultar impactantes, sobre todo si los comparamos con los aspectos de algunas cantantes de aquel año que parecía recién salidas del mundo de la patuleta. El detalle del fular verde esmeralda sobre el cuero negro es una genialidad, igual que lo es el hecho de quitárselo en mitad de su actuación, coincidiendo con el hecho que se levanta de la silla para empezar a interpretar su canción por todo el escenario. Creo que esta actuación y ese look es muy representativo de una época, un momento en la historia de este país, donde todo estaba en marcha, todo estaba cambiando, la modernidad se podía respirar después de años dormida y aún coleaba ese movimiento esencial en la cultura pop europea que fue "la movida". Su interpretación estuvo muy bien realidad, no se le puede poner grandes pegas, no tenía una gran voz y cantaba con orquesta en directo (maravillosos aquellos años), aún así sacó el máximo provecho a la canción, que ella misma escribió, en modo de monólogo que le iba diciendo a un supuesto amigo. Podríamos buscar escusas para el poco éxito que tuvo la canción: el idioma, la repetición excesiva de la palabra "oye" (que podría sonar a un tonto "oho yea"),... pero yo creo que el máximo problema es que aun no era su momento, el festival sólo apostaba sobre seguro, con baladas que sonaban a mil veces ya escuchadas y coreografías tontas, no era el momento para experimentos. Estamos ante una gran canción que debería de pasar como uno de los grandes clásicos del festival, lástima que sólo Grecia (que fue el único que nos votó y con un 10 además) la entendió.

martes, 10 de junio de 2014

INTOLERANCIA

Asisto atónito a todos los comentarios homófobos que ha suscitado la victoria de Conchita en Eurovisión, no es la primera vez que travestis, transexuales o cantantes abiertamente gays participan e incluso ganan el concurso, pero pocas veces como este año los comentarios han ido tan lejos, en algunos países del este, liderados por Rusia, incluso se ha llegado a plantear una versión del concurso donde no tengan cabida "este tipo de gente", otros históricos participantes como Turquía ha manifestado su total descontento negándose a participar, de momento, el año que viene en Viena. Incluso en Serbia se la llego a culpar a la pobre Conchi de las inundaciones que han asolado el país, en fin demencia en estado puro. Sin embargo todos estos acontecimientos sólo son la punta del iceberg de lo que está pasando en algunos países, donde , la ya de por sí, difícil vida de las personas homosexuales se esta ahora radicalizando. Oímos constantes comentarios sobre nuevas leyes que se aprueban con mayorías asombrosas en las parlamentos autóctonos, en donde se privan a las gays de los derechos más elementales con argumentos tan absurdos cómo que lo único que les mueven es salvar el bienestar de los niños, como si no hubiese pederastas heterosexuales, pues no, en aquellos países parece que no los hay. Contra la intolerancia no hay nada como el conocimiento, y para obtenerlo nada mejor que la lectura, y llegados a este punto he de recomendar encarecidamente una maravillosa novela que he tenido la suerte de saborear: "El corredor de fondo", una maravillosa historia de amor entre un corredor y su entrenador con los convulsos años setenta en los Estados Unidos, y la Olimpiada de Montreal 76 de fondo. La novela trata con un exquisito gusto como surge el amor entre estos dos hombres en momentos vitales muy diferentes, como con mismos objetivos: amarse libremente. Lamentablemente a pesar de que la novela fue escrita en 1974, hace cuarenta años, nos damos cuenta como no han cambiado tanto las cosas, y aun hay lugares donde es casi imposible amarse si los dos protagonistas son del mismo sexo. Lo sorprendente de esta historia es que la escribió una mujer, Patricia Nell Warren, lo que me convence aún más que cuando de sentimientos se trata no importa nada tu sexo, ni tu tendencia sexual, ni de que sexo sean los protagonistas de la historia que cuentas, todo fluye de manera natural. "El corredor de fondo" se considera una de las mejores, si no la mejor, historia de amor gay de la historia, ha vendido más de diez millones de ejemplares, se ha traducido a once lenguas, y ha tenido dos secuelas "La carrera de Harlan" y "El hijo de Billy", ambas dos también muy recomendables. Las tres forman una trilogía inevitable si te consideras mínimamente sensible, de lectura obligada para todos aquellos que dudan del amor de dos hombres.