martes, 10 de junio de 2014

INTOLERANCIA

Asisto atónito a todos los comentarios homófobos que ha suscitado la victoria de Conchita en Eurovisión, no es la primera vez que travestis, transexuales o cantantes abiertamente gays participan e incluso ganan el concurso, pero pocas veces como este año los comentarios han ido tan lejos, en algunos países del este, liderados por Rusia, incluso se ha llegado a plantear una versión del concurso donde no tengan cabida "este tipo de gente", otros históricos participantes como Turquía ha manifestado su total descontento negándose a participar, de momento, el año que viene en Viena. Incluso en Serbia se la llego a culpar a la pobre Conchi de las inundaciones que han asolado el país, en fin demencia en estado puro. Sin embargo todos estos acontecimientos sólo son la punta del iceberg de lo que está pasando en algunos países, donde , la ya de por sí, difícil vida de las personas homosexuales se esta ahora radicalizando. Oímos constantes comentarios sobre nuevas leyes que se aprueban con mayorías asombrosas en las parlamentos autóctonos, en donde se privan a las gays de los derechos más elementales con argumentos tan absurdos cómo que lo único que les mueven es salvar el bienestar de los niños, como si no hubiese pederastas heterosexuales, pues no, en aquellos países parece que no los hay. Contra la intolerancia no hay nada como el conocimiento, y para obtenerlo nada mejor que la lectura, y llegados a este punto he de recomendar encarecidamente una maravillosa novela que he tenido la suerte de saborear: "El corredor de fondo", una maravillosa historia de amor entre un corredor y su entrenador con los convulsos años setenta en los Estados Unidos, y la Olimpiada de Montreal 76 de fondo. La novela trata con un exquisito gusto como surge el amor entre estos dos hombres en momentos vitales muy diferentes, como con mismos objetivos: amarse libremente. Lamentablemente a pesar de que la novela fue escrita en 1974, hace cuarenta años, nos damos cuenta como no han cambiado tanto las cosas, y aun hay lugares donde es casi imposible amarse si los dos protagonistas son del mismo sexo. Lo sorprendente de esta historia es que la escribió una mujer, Patricia Nell Warren, lo que me convence aún más que cuando de sentimientos se trata no importa nada tu sexo, ni tu tendencia sexual, ni de que sexo sean los protagonistas de la historia que cuentas, todo fluye de manera natural. "El corredor de fondo" se considera una de las mejores, si no la mejor, historia de amor gay de la historia, ha vendido más de diez millones de ejemplares, se ha traducido a once lenguas, y ha tenido dos secuelas "La carrera de Harlan" y "El hijo de Billy", ambas dos también muy recomendables. Las tres forman una trilogía inevitable si te consideras mínimamente sensible, de lectura obligada para todos aquellos que dudan del amor de dos hombres.

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