Mediante este blog pretendo hacer un homenaje al hedonismo, a todas aquellas cosas, grandes o pequeñas, que nos producen placer, como ese maravilloso personaje de Highsmith, quisiera estar en los zapatos de mister Ripley, “ le encantaban las posesiones. No montones de ellas, sino las pocas, selectas, de las que no se deshacía.”, con este leit motiv asesinó al heredero Greenleaf para poder adoptar su personalidad y sus posesiones, nosotros para ello no llegaremos al asesinato,o sí?
jueves, 21 de agosto de 2014
INQUIETANTE
Disfrutando de mis vacaciones, y coincidiendo con el horario de la comida he podido ver varios programas seguidos de "Mujeres y hombres y viceversa", y he vivido en mis carnes el enganche que puedes sufrir con estos programas, y es que son profundamente adictivos, y es que están pensados para tener esa reacción en los espectadores.
Escuchando una entrevista que le hicieron a una antigua guionista de televisión, reconvertida ahora en escritora de cierto éxito, comentaba ella, muy acertada y con un aire de cierta superioridad, como dejando caer "yo, bonita, antes hacia esto, pero ya lo deje atrás, por eso mismo ahora lo critico y lo comento con tono jocoso (ya veremos si vuelvo a hacerlo lo que comentaré entonces); comenta ella que todos esos programas donde todo parece improvisado y hasta cierto punto desordenado y alborotado, es fruto de guiones fuertemente encorsetados, donde todo está cerrado y la tan cacareada improvisación queda relegada a un porcentaje prácticamente testimonial del total, teniendo en cuenta que el programa se convierte en un "ser" vivo, que puede tomar su propio camino fuera de lo previamente establecido por los guionistas, pero nada es preocupante: todo,absolutamente todo es guionizado.
Y cuando digo todo, es todo, y el ejemplo más claro es precisamente este programa: cuernos, dudas, tonteos, tronistas, bolos,... y así hasta el infinito y más allá.
La verdad es que este programa es lo más parecido a una tragedia clásica griega actual (con permiso de las telenovelas, por supuesto), incluso de suposición del público, formando un anfiteatro alrededor del escenario, donde se desarrolla toda la acción, en este caso los tronos, también hay actores principales, secundarios , comparsas y el coro, aquí repartidos en tronistas, pretendientes favoritos, pretendientes calienta sillas y los ganchos.
Viendo el programa lo cierto es que roza el dramatismo más brutal, sólo a la altura de clásicos como "Las troyanas" o mi favorita "Hécuba", lágrimas, desesperación llevada al límite, el fin de una era que se cierne cada segundo sobre el escenario, histeria y vencedores y vencidos, con lo que ello conlleva, tristeza total , amargura y caos para los vencidos, regocijo y mal disimulada superioridad para los vencedores.
De las tragedias griegas se podían sacar conclusiones o lecturas diversas en varios aspectos de la vida, pero cuál sería la lectura que podríamos sacar de este programa, por lo que los propios protagonistas manifiestan sin ningún tapujo es que todo vale por salir en la televisión, por la fama aunque sea momentánea, por el dinero fácil de "trabajar" unas en un plató de televisión y después tener la suerte de que te paguen por salir de fiesta (en lo que se denomina "hacer bolos", que todo famosillo que se precie tiene la casi obligatoriedad de hacer).
Lamentablemente se hacen patentes que ciertas ideas que ya creíamos superadas en nuestros días, por antiguas y rancias, aun siguen vigentes en los más jóvenes, y de esto he sido testigo viendo "Hombres, mujeres...", donde sin inmutarse, las propias chicas del programa (de edad media 20 años) llegaban a la conclusión de que no es lo mismo que una chica salga con muchos chicos que a la inversa, que ella siempre quedaría como una fresca (utilizaban otros calificativos), mientras que el chico siempre quedaba como un vencedor, que sí, que a ellas les parecía mal este pensamiento, pero que era así... a la pregunta de por qué era así ninguna era capaz de expresar ningún argumento... inquietante, ¿verdad?
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